Con sede en Monterrey, México, el nuestro es el Club independiente de excursionismo en activo más antiguo en el Noreste del País. Sean bienvenidos a conocer algo de nuestra larga historia. Por Eduardo Verduzco El Club Explorador Cóndor fue fundado el 10 de Mayo de 1940 a iniciativa de Rogelio Rodríguez. Él empezó a reunir el grupo, e hizo el primer reglamento de excursiones. La fundación tuvo lugar en la casa paterna de la familia Rodríguez, en la calle Yucatán, entre 5 de Febrero y 2 de Abril, en la Colonia Independencia. Se estableció una disciplina de corte paramilitar, y se instituyó el cargo de "Capitán", quien tiene la total autoridad y responsabilidad de la seguridad del grupo durante una excursión. Corrían los tiempos de la Segunda Guerra europea, que pronto se convertiría en mundial, y Rogelio tenía la noción de que en alguna forma el nuevo club tendría ocasión de prestar servicios útiles a la Patria. Las ideas que Rogelio, que conta...
Por Armando Elizondo Garza
Mi nombre es Armando Elizondo Garza. Mi hijo Jaime me pidió que le escribiera algo de mis recuerdos dentro del excursionismo.
Hace mas de 50 años me invitó un compañero de trabajo llamado Leobardo de la Paz a pertenecer a un club de montanismo, la fecha agosto de 1951. En ese entonces tenia yo apenas 15 años de edad. El club de excursionistas se llamaba "los Aguiluchos", sesionaban todos los jueves, ese día se presentaba el acta y se leían los pormenores de la excursión anterior y se ponían de acuerdo para la siguiente excursión a la montaña.
Dicho club contaba con alrededor de 30 socios, 10 de ellos eran mujeres. La mayoría de ellos pertenecía a los barrios de las calles de Arista y Dr. Coss entre Reforma y Tapia (alrededor de la Plaza del Chorro). Yo en cambio vivía atrás de la escuela Álvaro Obregón. El club estaba ubicado por la calle de Tapia entre Arista y Dr. Coss.
Entre los socios del club había un señor grande de edad de oficio peluquero (su peluquería estaba ubicada por la calle Carlos Salazar entre Arista y Dr. Coss), llevaba a sus hijos a la montaña y fue con el que más me relacioné ya que sentía que me cuidaba igual que a sus hijos y no dejaba de darnos consejos.
Mi primera excursión dentro del Club Aguiluchos fue a la Posada Vidrio Plano; el Sr. Óscar Arizpe (El Diablo) organizó una reunión de clubes de montañistas, algo que no recuerdo festejaban. Hubo fiesta, Misa con sacerdote y teatro, presentaron una obra de teatro. En aquella época era tardado e incómodo para transportarse, aparte del cargamento que llevábamos, mochila, cantimplora, cobijas y a veces cable.
Dentro del club había un grupo experimentado que se llamaba "grupo explorador", que hacía excursiones especiales (de riesgo). No me aceptaban muy bien por mi edad, pero en varias ocasiones me les pegaba. Sobre todo cuando iban a Santa Catarina y trataban de llegar al agujero que se ve en la montaña. (hubo varios intentos).
Llegábamos a la cima, allí se amarraba en una peña dos cables, uno para que bajara uno de ellos y el otro cable para asegurarlo, pero no se daba con el agujero y el que bajaba llegaba arriba ensangrentado de las manos. El siguiente intento sí logro uno de ellos (Félix) pisar dentro del agujero. (Cada intento de llegar se hacía uno por semana). La siguiente semana tres de los socios pisaron el agujero, los demás nos quedamos en la cima y esperamos la siguiente semana para festejar y estar dentro del agujero como 10 de los socios, entre ellos estaba yo.
Ese día se bautizó el agujero como "Nido de los Aguiluchos", fue en el mes de marzo de 1952.
De las excursiones que más recuerdo con el Club Aguiluchos:
* Al Pico Sur del Cerro de la Silla (varias)
* Al "Diente", a la "Ventana"
* A la "Eme"
* Caminata desde camino al "Diente", subir la sierra y bajar al cañón que fuimos a salir a la Huasteca.
* Al pueblo Ciénega de González, al Manzano, en Santiago, NL.
* Al Nido de los Aguiluchos.
* Al "Diente", a la "Ventana"
* A la "Eme"
* Caminata desde camino al "Diente", subir la sierra y bajar al cañón que fuimos a salir a la Huasteca.
* Al pueblo Ciénega de González, al Manzano, en Santiago, NL.
* Al Nido de los Aguiluchos.
Muchos otros parajes que conocí.
Mi pasión por el montanismo creció al grado de que esperaba con ansias el sábado para salir y no regresaba hasta el domingo en la noche, era muy feliz en la montaña.
A mediados del año 1952, llegué al Club Cóndor; ya en excursiones pasadas había conocido a varios de sus integrantes, entre ellos a Chuy Montenegro. El club estaba ubicado por la calle de Juárez y Carlos Salazar.
Hice amistad con Chuy Montenegro al grado de que salí en muchas excursiones con el Club Cóndor invitado por él.
Durante el tiempo que los acompañé en las excursiones, todo miembro del club giraba alrededor de Jesús Montenegro. Tenía carisma y proyectaba amistad. Por su paciencia y sus consejos me gustaba acompañarlo.
Entre los años de 1952 y 1953, acompañé como invitado al Club Cóndor, entre las excursiones que me acuerdo son las siguientes:
Las Grutas de Bustamante (en ese entonces no había guía dentro de las grutas) estuvimos cerca de 6 horas dentro. Llevábamos entre otras cosas lámparas de carburo. Llegamos hasta encontrar un pozo en el cual las cuerdas que llevábamos no llegaban al fondo. Nunca después volví a esas grutas. La Sierra de la Calle., al pie de esta sierra había unas minas, rumbo a la carretera a Saltillo.
A la "Ventana" y bajar hasta el otro lado y salir por el cañón rumbo a la Huasteca. (llegué con espuma en mi boca por falta de agua). Batallamos mucho para hallar el modo de bajar hacia el cañón.
Varias veces al Pico Sur del Cerro de la Silla. Me acuerdo de la noche que dormí en la cima con varios compañeros. Iba un fotógrafo profesional con nosotros. Al amanecer nos puso a mí y a otra persona junto a la Cruz y que viéramos hacia donde estaba a punto de salir el sol en el horizonte. Al estar asomándose el sol nos tomó de espaldas una foto. Ganó esa foto el primer lugar en ese año.
Cuando conocí a Jesús Montenegro, yo tenia 16 años, creo que él tenía entre 10 ó 15 años más que yo.
Me enseñó a subir la montaña sin descansar, me decía que todos tenemos un paso en el que vamos avanzando y al mismo tiempo descansando.
Me enseñó que deberíamos siempre a regresar con agua en nuestra cantimplora, después de la excursión.
Me enseñó a localizar lugares de referencia al adentrarnos a una montaña por si nos llegáramos a perder algún día.
Me enseñó a escuchar siempre a mis mayores, sobre todo en lugares peligrosos.
Fue poco el tiempo en que caminamos juntos, no lo conocí de viejo, para mí fue una de las pocas personas que nunca olvidaré. Tengo una sola fotografía donde está él. Fue una excursión que hicimos a la "Batea" (se localiza en la cima de la montaña, a cuyo pie está 'El Barrial' Santiago, N. L.).
Serví varias veces en la "LASEN" (Liga Autónoma del Socorro de Excursionistas del Norte).
Por cumplir con el servicio militar y mi carrera profesional, me alejé de los clubes de excursionistas. Sin embargo, de la montaña no.
Sentía que la montaña fue mi cuna y tenía que volver a ella. Mi caminata favorita fue el recorrido que muchas veces hice de la Ciénega de González a la cima del mirador en Santiago, N. L.
Conocía a ojos cerrados las veredas que llegan a la cima del mirador: una que sale de San Francisco, Santiago, N. L., otra vereda va hacia el Manzano, otra a la Ciénega de González y la otra a Vitro.
En el año de 1993 me operaron del corazón y dos años después fui a esta caminata otra vez en compañía de mi hermano Benito: él me decía que tenía miedo que me fallara el corazón y yo le contesté: "sería un honor para mí que mi espíritu quedara en esta montaña".
Armando Elizondo Garza
Marzo 28 de 2003
Marzo 28 de 2003
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