Skip to main content

El Cóndor ayer

Con sede en Monterrey, México, el nuestro es el Club independiente de excursionismo en activo más antiguo en el Noreste del País. Sean bienvenidos a conocer algo de nuestra larga historia. Por Eduardo Verduzco El Club Explorador Cóndor fue fundado el 10 de Mayo de 1940 a iniciativa de Rogelio Rodríguez. Él empezó a reunir el grupo, e hizo el primer reglamento de excursiones. La fundación tuvo lugar en la casa paterna de la familia Rodríguez, en la calle Yucatán, entre 5 de Febrero y 2 de Abril, en la Colonia Independencia. Se estableció una disciplina de corte paramilitar, y se instituyó el cargo de "Capitán", quien tiene la total autoridad y responsabilidad de la seguridad del grupo durante una excursión. Corrían los tiempos de la Segunda Guerra europea, que pronto se convertiría en mundial, y Rogelio tenía la noción de que en alguna forma el nuevo club tendría ocasión de prestar servicios útiles a la Patria. Las ideas que Rogelio, que conta...

Cañón de Escaleras


Exc. 2003/06 - 2a Fuerza - 2 de febrero de 2003

Nos reunimos en el punto acordado, al lado de Liverpool alrededor de las 7:30 AM. En esta ocasión hemos sido 3 las mujeres que fuimos en el grupo; ¡esto ha sido un record!... al menos que yo recuerde. Nos organizamos en tres autos y partimos hacia el Parque Ecológico La Huasteca.

Siempre es un placer recorrer la carretera que cruza el cañón. Comparar nuestro tamaño contra el de esos picos es un buen ejercicio para nuestra humildad. Después de salir del primer cañón, seguimos por el camino de piedra suelta y un poco antes de donde se encuentra la polémica construcción de la Presa Pompe Picos tomamos a la derecha. No fue sino hasta las 8:30 que llegamos a “la presita”, punto a partir del cual empezamos a caminar.

Después de subir por una pendiente breve y cómoda, de laja y arbustos no más altos que un metro, llegamos a una reja que al pasarla nos condujo justo al lugar donde los Huicholes hacen su celebración de la creación del mundo. Había un pequeño “jacal” de techo no muy alto, una pila de piedras hacia de pared; colgaban del centro algunos listones de colores y cuatro de ellos estaban anudados a cada uno de los horcones que sostienen el techo, en cada esquina tenían una veladora y al frente había una cruz decorada con estambre y motas.

Nos alejamos del lugar teniendo de frente una vista impresionante de “Las Guitarritas”, una montaña de múltiples picos elevados, agudos y caprichosamente distribuidos desde la base de la misma. Me dio la idea de que estaba frente alguna catedral gótica.

Seguimos caminando por el cañón, algunas veces por un camino para vehículos todo terreno y en otras por una vereda que acortaba distancias. Alguno de los muchachos llegó a comentar que  parecía que estábamos en el lugar donde se hicieron las grabaciones del 4to capítulo de “La Guerra de las Galaxias”. Nos detuvimos a descansar cerca del estanque donde parte la manguera que abastece de agua a los pocos habitantes del lugar, eran casi las 11 ½ .

Seguimos más adelante pues queríamos llegar al final, caminamos dos horas más durante las cuales no cesamos de ver figuras caprichosas hechas por la erosión en las piedras.

Justo antes del final nos encontramos con un grabado en la piedra hecho posiblemente en 1924 que decía “Adiós, adiós amigos, echen sus bendiciones” y no muy lejos de ahí había una imagen de la Virgen María que parecía darles las bendiciones. Luego de tomar la foto de grupo y de reconocer algunas de las cumbres que nos rodeaban, nos regresamos a comer a un lugar donde había un arrollo con no mucho agua pero suficiente como para arrullarnos.

De regreso, nos encontramos algunos grupos haciendo ecoturismo, muy de moda en ultimas fechas.

Ya casi al llegar a donde dejamos los autos, cuando uno cree que ya conoce el lugar por haber estado ahí en la mañana,  nos detuvimos a ver la “M” por atrás iluminada por el sol de la tarde.

Redactó: Margarita Alanís

_______________


Empezamos a caminar alrededor de las 8:30, no hubo mucho cambio en el paisaje hasta que llegamos a una zona abierta donde nos encontramos un altar huichol, ahí mi papá nos contó que los huicholes van ahí a hacer una ceremonia, ya que su leyenda dice que por ahí se hizo la Tierra y ahí está enterrado el ombligo de la Tierra.

Después de tomarle fotos seguimos caminando, hasta que llegamos a un lugar donde no estaban seguros para donde era, Lalo y mi papá se adelantaron para ver por dónde era, y los demás aprovechamos para tomar agua.

Seguimos caminando y todo se veía casi igual, como a las 10:30 (creo) nos paramos a almorzar. Después de un pequeño descanso continuamos caminando. Seguíamos caminando y todo era igual hasta que vimos agua, un pequeño...no estoy segura de que era, no era un charco porque corría, pero era muy pequeño.

Seguimos caminando hasta que llegamos a un lugar que parecía  una plaza, estaba prácticamente techado por la piedra y era muy fresco, como si entraras a un lugar con clima.

Había un pedazo de piedra largo muy bueno para sentarse, y más atrás un pedazo grande de piedra que parecía un centro de mesa o un adorno en un centro comercial.

Seguimos caminando y desde ahí empezaron las trepadas de piedras, primero subimos un pedacito y luego nos encontramos una piedra y la única forma de continuar era trepándola, trepamos esa y otras justo para encontrar 2 cosas: 1, un envase de cerveza, y 2, un anuncio de prohibido el paso.

Seguimos caminando y nos encontramos algunas piedras más, pero lo más interesante que nos encontramos era un mensaje como grabado en piedra que decía algo así como una firma y que dejáramos nuestras bendiciones, era algo difícil de leer porque era un mensaje de 1924 (creo).

Seguimos caminando hasta que llegamos al final de la excursión, cuando vi mi reloj ya llevábamos algo de tiempo ahí, eran las 12:00 (creo) nos tomamos la foto de grupo y nos regresamos, ya íbamos de regreso y nos detuvimos otra vez en la piedra grabada como no leímos nada más, seguimos nuestro camino hasta donde estaba el charco o mini-río o eso y nos detuvimos a comer, ahí después de recobrar fuerzas seguimos caminando.

Caminamos hasta que llegamos a los carros, eran como las 3:00.

Redactó: Silvæ Sánchez Presa

 _______________

Los Maestros de La Huasteca

Toparme así, sin más, con La Huasteca fue hacer un súbito viaje al pasado. Todo se agolpó. Empecé a contarle a mi hija Silvae de los lugares donde aprendí a escalar, bueno, donde intenté aprender a escalar. Nunca fui muy bueno.

“Mira”, le señalaba, “ése es el Licos, el Oriente y el Poniente, con la 10 de Mayo y la Ché por el frente… ¡ah! Y allá está la Torre Diablos, me la eché por la Norte, por la Arista Zorros, por una variante de la Norte hasta la Tepeyac; ¡ésa es La Navaja!”.
Le contaba a mi cría de mis pasadas andanzas y colganzas con un mal disimulado orgullo.

Luego ví la casa del doctor Eduardo Aguirre Pequeño. Aminoré la marcha y también la señalé a mi hija. Le conté que el buen doctor, fundador de mi facultad y quien en sus últimos años de vida me distinguió con su amistad, vivió en esa casa edificada sobre una pared rocosa.

Que fue tal vez el último investigador mártir por inocularse todas las cepas conocidas de “Mal del Pinto” y así descubrir su prevención y cura; que se descolgaba con un juego de cuerdas y arneses para huir de quienes le buscaban para pedir consejo por ser alto funcionario de la Universidad, del IMSS o del partido izquierdista que fundó en los años 40 y 50 y poder ponerse al día en sus estudios.

Que fue nuestro Jesús Montenegro, quien fue paciente de Aguirre Pequeño en el IMSS, quien le enseñó a manejar las cuerdas para ocultarse…

Curiosa vida ésta. Dos de mis maestros se conocieron, se respetaron y aprendieron a apreciar al otro pese a sus diferencias: Ateo uno, creyente el otro; el primero proveniente de una familia de clase acomodada y egresado de varias instituciones mexicanas y extranjeras; el segundo humilde migrante diplomado con honores de la Universidad de la Vida. Ambos exitosos productos de la cultura del esfuerzo.

En ellos y eso cavilaba, incluso cuando la caminata había ya iniciado, cuando me topo con que estaba en la mítica Guitarritas. Lugar sagrado de los huicholes, que ellos llaman “Viracuta” o “Viracota” (noten el parecido con la palabra “Viracocha”, el Dios inca).

En el vallecito que está al pie de la majestuosa formación rocosa hallamos un pequeño altar, que parece se llama “riquiris”, con veladoras en las cuatro esquinas, con listones de colores y ofrendas. Con respeto un compañero retira basura de su interior y dejamos todo intacto y nos retiramos en silencio.

Conforme a la tradición huichola los dioses Mayehuétl y Coamunabi aún hoy custodian el sitio donde enterraron el ombligo de su hija Tacutsi Aramara, la Madre Tierra.

Sí, la cosmogonía de los huicholes —indígenas de las Sierras donde Zacatecas, Durango, Jalisco y Nayarit se unen— asegura que en ese punto a unos 15 kilómetros de Santa Catarina es la cuna del mundo.

Por eso cada año, desde tiempos que nadie recuerda con precisión, peregrinan desde sus pueblos en el occidente mexicano.
Recordé la breve conversación que tuve en 1991, en la isla de Mexcaltitán, Nayarit, con un  maracamé huichol. El “que cura cantando” (que es lo que significa esa palabra) pareció muy interesado en que yo viniera desde Nuevo León para ver un eclipse profetizado.

“¿Qué te trajo?”, me preguntaba. “La vida no tiene casualidades”.

Me explicó la importancia de ese eclipse para los indígenas de América, que para mi no era sino un fenómeno astronómico, porque era una señal esperada desde hacía muchos siglos. En su escaso español me contó de Guitarritas, aunque empleó la palabra “Viracuta”, y lo sagrado que es para ellos; que lo visitan con reverencia, pero acuden muy pocos, apenas un grupo cuidadosamente elegido.

Hoy, gracias a una mayor tolerancia y comprensión, las autoridades de sus estados natales, y las locales, les auxilian en sus peregrinaciones.

Recordé junto al altar la espiritualidad de los huicholes y cómo, para no entrar en enfrentamientos con los conquistadores españoles, dejaron sus fértiles tierras y emigraron sierras arriba.

Curiosa y silenciosa lección. El sitio donde dos maestros convivieron, y que para cada uno en lo individual significó tanto, me da otra magistral conferencia: La tolerancia es posible.

Redactó: José G. Sánchez de la Peña


UNIDOS Y ADELANTE

Asistentes:

Alanis Rodríguez, Margarita
Delgado, Hilda Eliza (Invitada de Honor)
Matamoros C., José Telésforo (Invitado de Honor)
Matamoros Flores, José de Jesús
Pérez Luján, José (Aspirante)
Rodríguez Rodríguez César
Rodríguez Rodríguez David
Sánchez de la Peña, José Gpe. (Retaguardia)
Sánchez Presa, Silvæ Rocío
Verduzco Martínez, Eduardo (Capitán Suplente)

LAS CONDORITAS

En Agosto de 1948 se fundó la Sección Femenil del Club Cóndor, formada por diez muchachas, entre ellas, Zoila Rodríguez Alvarez, hermana de nuestros fundadores Rogelio y Amado Rodríguez Alvarez. Posteriormente se fusionaron la sección femenil y la varonil. Desde entonces la contribución de las mujeres a las actividades del Cóndor ha sido relevante, distinguiéndose por su entusiasta participación en todo tipo de excursiones.

En 1960, estaban activas en el Cóndor: Clelia Orta Villagomez (hermana de Ricardo Orta), Lupita Serrato (hija de Eduardo Serrato), María de la Luz (Lucha) Guerra (hoy esposa de Luis Ossa), Ma. del Refugio Espinosa (cuñada de Reynaldo Martínez), Esperanza Guerra García (hermana de Chuy y Mario Guerra), Esthela García (tía de Jorge Alberto Rodríguez), Margarita García Solís, y otras cuyo nombre no recuerdo.

Más tarde se integraron al Club Lety y Elena Castillo Juárez (hijas de nuestro Capitán Emérito, Toño Castillo), Chela Rodríguez y su hermana (hermanas de Roberto Rodríguez), Zulma (no recuerdo su apellido), Ma. Teresa, Julieta y Tita Presa (hermanas de Mario Presa), Martha Fraustro (hoy esposa de Mario Presa) y muchas otras chicas, todas ellas muy activas. Y en la década de los 90s, destaca Cony Hernández (hoy esposa de Antonio Vázquez, y hermana de Julio y Jorge Luis Hernández). ¿Qué sucedió con todas ellas? Se casaron y se dedicaron a atender a sus familias.

En la actualidad, el Cóndor necesita una mayor participación femenina en sus actividades. Esperamos que muy pronto ingresen nuevas Socias, que contribuyan a restaurar al Club a su antiguo esplendor.

Eduardo Verduzco

Comments

Popular posts from this blog

Cerro de la Calentura, Pinal de Amoles

Exc. 2010/75 - 2a Fuerza - 27-31 de diciembre de 2010 Lunes 27 de diciembre: Salimos el a bordo de un autobús especial, y llegamos al pueblo de Pinal de Amoles (2,400 msnm) el martes 28 como a las 9 AM. Después de instalarnos en el hotel partimos a bordo de camionetas a un pintoresco arroyo de la sierra, el cual recorrimos durante un cierto tiempo hasta llegar a una imponente cascada llamada Chuveje, de 35 m de altura. Esta cascada es muy bella a pesar de que técnicamente estamos en época de seca. Después de permanecer un rato admirando la cascada y tomando fotos, regresamos a las camionetas que nos llevan ahora al Río Escanela, distante unos 20 Km de allí. Este cañón es más angosto que el anterior y tiene varios cruces del arroyo sobre piedras y troncos de árbol. El objetivo aquí es llegar a una formación natural llamada el Puente de Dios. Regresamos a las camionetas como a las 6:00 PM y éstas nos regresan a Pinal de Amoles, donde cenamos y pernoctamos en el Mesón de Barreteros. Miérc...

Memorias de un excursionista

Por Armando Elizondo Garza Mi nombre es Armando Elizondo Garza. Mi hijo Jaime me pidió que le escribiera algo de mis recuerdos dentro del excursionismo. Hace mas de 50 años me invitó un compañero de trabajo llamado Leobardo de la Paz a pertenecer a un club de montanismo, la fecha agosto de 1951. En ese entonces tenia yo apenas 15 años de edad. El club de excursionistas se llamaba "los Aguiluchos", sesionaban todos los jueves, ese día se presentaba el acta y se leían los pormenores de la excursión anterior y se ponían de acuerdo para la siguiente excursión a la montaña. Dicho club contaba con alrededor de 30 socios, 10 de ellos eran mujeres. La mayoría de ellos pertenecía a los barrios de las calles de Arista y Dr. Coss entre Reforma y Tapia (alrededor de la Plaza del Chorro). Yo en cambio vivía atrás de la escuela Álvaro Obregón. El club estaba ubicado por la calle de Tapia entre Arista y Dr. Coss. Entre los socios del club había un señor grande de edad de oficio peluquero (s...

Yo nunca lo olvidaré

Acababa yo de cumplir los 18 años cuando ingresé al Club Explorador Cóndor como Socio Aspirante. Aunque yo excursionaba antes de entrar al Cóndor, conocía muy pocos lugares para excursionar, y mi ingreso al Club fue como entrar a una biblioteca y encontrar multitud de libros a cual más interesante. Mi segunda excursión con el Cóndor fue durante el mes de noviembre de 1960, a las Grutas de Bustamante. Partimos en tren como a las 6 de la tarde de Monterrey, y llegamos a la estación de Bustamante a eso de las 8 de la noche. Desde allí caminamos hasta el pueblo, donde hicimos un descanso en la plaza y luego continuamos rumbo a las grutas. Mientras ascendíamos la sierra, de pronto el cielo adquirió un color rojo cereza. La raza preguntaba "¿qué es eso?" y alguien sugirió que era "la fundición" (cuando la Fundidora Monterrey estaba en operación, al vaciar la escoria candente durante las noches nubladas, las nubes se teñían de rojo), pero en este caso eso ...