Con sede en Monterrey, México, el nuestro es el Club independiente de excursionismo en activo más antiguo en el Noreste del País. Sean bienvenidos a conocer algo de nuestra larga historia. Por Eduardo Verduzco El Club Explorador Cóndor fue fundado el 10 de Mayo de 1940 a iniciativa de Rogelio Rodríguez. Él empezó a reunir el grupo, e hizo el primer reglamento de excursiones. La fundación tuvo lugar en la casa paterna de la familia Rodríguez, en la calle Yucatán, entre 5 de Febrero y 2 de Abril, en la Colonia Independencia. Se estableció una disciplina de corte paramilitar, y se instituyó el cargo de "Capitán", quien tiene la total autoridad y responsabilidad de la seguridad del grupo durante una excursión. Corrían los tiempos de la Segunda Guerra europea, que pronto se convertiría en mundial, y Rogelio tenía la noción de que en alguna forma el nuevo club tendría ocasión de prestar servicios útiles a la Patria. Las ideas que Rogelio, que conta...
28 de Octubre de 1990
A medida que se aproximaba el 50 aniversario de la fundación del Club Cóndor, me vino la idea de conquistar algún pico y bautizarlo como "Pico 50" para conmemorar ese importante aniversario.
Después de observar la cresta de la Sierra Madre, encontré un pico al oriente de la Meseta de Carrillo que me llamó la atención y me propuse intentar conquistarlo. El problema era que no sabía por dónde atacarlo.
Inicialmente se me ocurrió intentar subir por una cañada abajo de este pico, a la que llamamos “Cañada X” a falta de un nombre formal. Y el 5 de Febrero de 1990 intentamos subir por ella mi hijo Gustavo Verduzco, mi hermano Jorge Verduzco y yo. Al principio subimos fácilmente, pero a medida que nos acercamos a los relices la pendiente se volvió mayor y pudimos ver que el ascenso por esa ruta sería muy difícil. Así que desistimos de subir por esa ruta.
Posteriormente se me ocurrió intentar la conquista del Pico 50 partiendo de la Meseta de Don Gus, subir a la cresta de la sierra y luego seguir por la cresta hacia el poniente. Así que el domingo 28 de octubre de 1990 decidí buscar primero una ruta hacia la cresta de la sierra, para si teníamos éxito, en una ocasión posterior intentar la conquista del Pico 50. Me acompañó mi hijo Gustavo (Don Gus, le llamaba yo desde que era un bebé) de 16 años de edad, quien desde que tenía unos 10 años fue mi fiel compañero de excursiones.
Estando en la Meseta de Don Gus, ya no había más vereda. Entonces decidimos hacer una travesía en diagonal hacia la cresta. No queríamos subir demasiado pronto para no llegar a la pared de roca, así que guiados sólo por una inspiración subimos por entre el bosque sin poder ver hacia dónde nos dirigíamos, y sin batallar mucho llegamos a la cresta en el lugar que bautizamos como Cresta de David, en honor de mi hijo menor, de 10 años de edad.
Habíamos logrado nuestro objetivo, pero como el lugar es un tanto estrecho, decidí subir un poco hacia el oriente para tomar una foto amplia de la Cresta de David, mientras Gustavo me esperaba allí. Subí con relativa facilidad y fue así como de pronto pude ver adelante de mí un pico a relativamente corta distancia. Bajé a la cresta y le propuse a Gustavo que intentáramos llegar a ese otro pico. No había nada que se pareciera a una vereda, así que improvisamos una ruta, luego avanzamos por el filo de la cresta y finalmente llegamos al nuevo pico, cuya cumbre es relativamente amplia. Nos llamó la atención que no encontramos señal alguna de presencia humana: ni vereda, ni basura, ni ramas cortadas, ni pintas. Hasta donde sabíamos éramos los primeros en pisar esa cumbre. El fallecimiento de mi Padrino Jesús Montenegro había ocurrido dos meses antes, así que de inmediato se me ocurrió bautizarlo como “Pico Jesús Montenegro” y Gustavo, quien desde que era bebé tenía también gran amistad con Montenegro, apoyó la idea.
En la cumbre tomamos fotos, especialmente de nuestro objetivo el futuro Pico 50, comimos y emprendimos el regreso, con un triunfo inesperado en la bolsa.
En retrospectiva, esta conquista nos resultó muy sencilla, pues llegamos directamente a la Cresta de David y luego al Pico Montenegro. Yo estoy seguro que la inspiración que seguimos no fue casual, sino que Alguien quería que llegáramos allí ese día, y nos fue guiando con amor y sabiduría.
UNIDOS Y ADELANTE
ASISTENTES
Gustavo Adolfo Verduzco Treviño
Eduardo Verduzco Martínez
El valor del azar
La conquista del “Pico Jesús Montenegro” fue un resultado imprevisto de los intentos de conquistar el Pico 50.
Esto me recuerda los relatos de mi Santo Compadre Antonio Castillo Ortiz acerca de la conquista del Pico 15. Al día siguiente del baile con el que se celebró el 15° Aniversario de la fundación del Club Cóndor, cuatro Compañeros que se habían quedado a dormir en el local del Club, decidieron hacer una excursión no programada a la Huasteca.
Y así, con ropa de fiesta y zapatos de calle, salieron junto con Toño: Jesús Montenegro Rodríguez, Jesús Cedillo Peña y Reynaldo Martínez García. Y sin proponérselo empezaron a escalar en un cierto lugar y efectuaron la conquista del Pico 15.
A veces las cosas suceden cuando se sigue una inspiración del momento en vez de llevar a cabo un plan cuidadosamente elaborado. Sigamos esas inspiraciones.
Redactó: Eduardo Verduzco
Septiembre de 2006
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