Con sede en Monterrey, México, el nuestro es el Club independiente de excursionismo en activo más antiguo en el Noreste del País. Sean bienvenidos a conocer algo de nuestra larga historia. Por Eduardo Verduzco El Club Explorador Cóndor fue fundado el 10 de Mayo de 1940 a iniciativa de Rogelio Rodríguez. Él empezó a reunir el grupo, e hizo el primer reglamento de excursiones. La fundación tuvo lugar en la casa paterna de la familia Rodríguez, en la calle Yucatán, entre 5 de Febrero y 2 de Abril, en la Colonia Independencia. Se estableció una disciplina de corte paramilitar, y se instituyó el cargo de "Capitán", quien tiene la total autoridad y responsabilidad de la seguridad del grupo durante una excursión. Corrían los tiempos de la Segunda Guerra europea, que pronto se convertiría en mundial, y Rogelio tenía la noción de que en alguna forma el nuevo club tendría ocasión de prestar servicios útiles a la Patria. Las ideas que Rogelio, que conta...
Publicamos hoy la penúltima reseña de la serie extraordinaria sobre ascensos de alta montaña. Con dicha serie el Cóndor conmemora la primera expedición a alta montaña organizada en Nuevo León.
Lo publicado es apenas una pequeña muestra de las expediciones de alta montaña en que ha participado el Club Cóndor, pero da una idea somera de las dificultades a que nos enfrentamos cuando incursionamos en altitudes donde la baja presión atmosférica, la escasez de oxígeno y las inclemencias del clima dificultan los procesos biológicos vitales al grado de que ni las plantas pueden vivir allí.
La presente reseña fue escrita por Antonio Castillo Ortiz, Capitán Emérito del Club Cóndor, y resulta muy palpable en ella la función principal de un Capitán durante una excursión: cuidar del bienestar de todo el grupo y su feliz retorno a sus respectivos hogares. Podemos aquí leer la manera en que Toño está constantemente observando las condiciones del clima por razones muy importantes:
• si se tiene condición de neblina espesa, se pierde el sentido de orientación al no haber referencias visibles,
• si cae nieve en forma abundante, condición conocida como “ventisca, o viento blanco" no sólo se pierde la visibilidad y la orientación, sino que en pocos minutos se borran las huellas en la nieve de quienes van adelante, y aumenta el peligro de desviarse de la ruta,
• si la temperatura desciende en forma considerable, la nieve puede volverse hielo, lo cual es sumamente peligroso porque los crampones no se pueden clavar en el hielo, y es sumamente resbaloso, con el peligro de rodar cientos de metros ladera abajo,
• y la baja temperatura aunada al factor de enfriamiento provocado por el viento pueden provocar hipotermia con el consecuente peligro de muerte.
En consecuencia el Capitán en este tipo de expediciones debe vigilar constantemente el clima, que a esas alturas puede variar bruscamente en muy breve tiempo, y estar tomando en cuenta el tiempo estimado para llegar a la cumbre y luego para regresar. Adicionalmente el Capitán debe estar siempre pendiente de que su grupo no se disgregue, y de la condición física de cada uno de los integrantes del grupo.
Para poder ejercer su función de velar por la seguridad de su grupo, el Capitán tiene la autoridad para ordenar al grupo suspender un ascenso y regresar a lugar seguro. Y el grupo a su vez tiene la obligación de obedecer siempre las órdenes del Capitán, aunque alguien pueda no estar de acuerdo en que las decisiones tomadas sean las más adecuadas.
La primera consideración en una excursión debe ser siempre la seguridad, y es preferible exagerar las precauciones que asumir riesgos en forma imprudente. Quienes hemos tenido la fortuna de excursionar en compañía de Toño Castillo siempre lo hemos hecho con una gran tranquilidad porque confiamos plenamente en sus decisiones y nos sentimos seguros en su compañía. Su nombramiento de Capitán Emérito se lo ha ganado plenamente.
Eduardo Verduzco. Octubre de 2008
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