Con sede en Monterrey, México, el nuestro es el Club independiente de excursionismo en activo más antiguo en el Noreste del País. Sean bienvenidos a conocer algo de nuestra larga historia. Por Eduardo Verduzco El Club Explorador Cóndor fue fundado el 10 de Mayo de 1940 a iniciativa de Rogelio Rodríguez. Él empezó a reunir el grupo, e hizo el primer reglamento de excursiones. La fundación tuvo lugar en la casa paterna de la familia Rodríguez, en la calle Yucatán, entre 5 de Febrero y 2 de Abril, en la Colonia Independencia. Se estableció una disciplina de corte paramilitar, y se instituyó el cargo de "Capitán", quien tiene la total autoridad y responsabilidad de la seguridad del grupo durante una excursión. Corrían los tiempos de la Segunda Guerra europea, que pronto se convertiría en mundial, y Rogelio tenía la noción de que en alguna forma el nuevo club tendría ocasión de prestar servicios útiles a la Patria. Las ideas que Rogelio, que conta...
Exc. No. 1142 - 1a Fuerza - 31 de agosto de 1969
Llegué el sábado por la tarde al Club para avisar que teniendo cita con el dentista no podía ir a la excursión sino hasta el domingo por la mañana, pero estaba allí un recado de Jaime en el que se excusaba de asistir, por lo que decidí asistir desde el sábado para no desilusionar a los Juveniles que ya listos estaban allí.
Nos dirigimos a comprar la provisión cuando vimos que en San Pedro y San Pablo, que era el lugar escogido para la excursión, llovía copiosamente, por lo que decidimos salir en la mañana del domingo, cenando y durmiendo en el Club.
Estábamos reposando la cena cuando llegó Lalo Verduzco para preguntar si Toño había estado allí por la tarde, le informamos que no, y quedamos de acuerdo en que saldría con nosotros por la mañana, él en ese rato se dedicaba a instalar su F.M. en su nuevo auto.
El domingo por la mañana ya tarde, serian las 7 de la mañana salimos en el carro de Eduardo, dejamos la carretera Nacional en el Puerto y enfilamos rumbo al “Diente” que se destacaba nítidamente después de una noche de lluvia.
Toda la naturaleza resplandecía en la clara mañana después de las lluvias y se gozaba de la excursión en aquel paisaje vibrante de Vida; dejamos el auto en las cercanías de la casita donde a veces compramos sodas y allí vimos el Jeep del Sr. Phillips, o sea Toño Castillo, pues así le dice la raza para no confundirlo con otros Toños del club.
Formábamos el grupo Jorge, Lalo, Jesús Lozano, otro Jesús (Castro) que asistía como Aspirante, Francisco Javier Esparza, quienes empezamos a caminar para alcanzar a Toño que creíamos iba con sus chamacos, pensamos que pronto lo alcanzaríamos, pero empezamos a subir la pendiente que lleva ya hasta el campamento y nada de Toño, y en un descanso Lalo lanzó un grito llamándolo y para asombro nuestro nos respondió de la vertiente contraria a la subida y pronto nos dimos cuenta de que habían equivocado el camino y a grandes gritos los llamamos al “buen camino”.
Nosotros seguimos adelante, llegamos al campamento y como los perdidos se tardaban hicimos el almuerzo, huevos estrellados, a los que por milagro les dábamos la vuelta que se debe hacer para que salgan bien.
Casi terminábamos cuando llegó Toño, y para vergüenzas no gana uno, le acompañaban Luis Ossa y Lucha Guerra su esposa y Lucho mi ahijado, así como Carlos el niño de Toño.
Gran gusto nos dio ver a tan buenos amigos y Socios que constantemente y cada vez que los saludamos dicen que vendrán a excursión y hasta ahora se nos hizo verlos en la montaña. Bienvenidos.
En medio de bromas y risas empezaron ellos a desayunar, pues nosotros ya habíamos terminado y no nos dábamos punto de reposo calentando tortillas, y aunque Luis dijo que no tenía hambre y no quería más que un taquito, no terminó hasta que terminó con la barbacoa y el taco no se lo comió por que se acabó la gasolina y no se lo pudimos calentar, él se refería a los tacos sobrantes de la cena, que vio cuando llegó.
Teníamos prisa por salir rumbo a la cumbre, que era nuestra meta y no estábamos muy seguros de alcanzar, al menos yo que iría de Guía y que había visitado ese lugar más de 20 años antes y ahora subiríamos por otro camino que vimos en otra excursión.
Por fin empezamos a subir, el camino es confortable, sin grandes pendientes se dirige a la cumbre y aunque en partes la lluvia lo ha deslavado, en la parte alta es mejor y cerca de dos horas después llegamos a la Mina “La Crisólita” que yo ya conocía y de allí a la cumbre son pocos minutos.
Desde hacía rato la lluvia nos acompañaba y al llegar arreció, pronto llegamos a la casa ahora más en ruinas que antes, pues ya no tiene techo, pero nos trajo gratos recuerdos de pasadas excursiones al lugar, viendo en las paredes leyendas de anteriores visitas de Socios del Club, una de más de veinte años atrás.
Las nubes cubrían el cielo y el horizonte lo teníamos al alcance de la mano, pues la nublazón nos envolvía y nos dedicamos a ver los recuerdos escritos en las paredes, alguno del año 1917. Ha llovido.
Lalo preparó su cámara stereo y nos tomó una foto y luego, como empezaba a llover, iniciamos el descenso, las ramas empapadas de lluvia nos bañaban al movernos al caminar, pero no nos fijábamos que lo que más nos empapaba era el aguacero que caía, por lo que pronto estuvimos mojados, pero era lo que menos nos preocupaba, más bien nada nos preocupaba, pues habíamos alcanzado la cumbre que era lo que deseábamos.
Pronto bajamos a todo correr por la mojada vereda, pues “aceleró Mabombo" y en casi media hora después de abandonar la cumbre llegamos al Campamento, donde ya no estaba Jorge, que tenía urgencia de regresar temprano a Monterrey y como el hambre era mucha, nos dispusimos a preparar la comida, más bien nos dispusimos a que la preparara Lucha, que no se daba punto de reposo.
Pronto estuvo lista una crema de champiñones que sabía a Gloria, una sopa de lentejas que no se quedó atrás en el buen sabor, ensalada de atún con mayonesa y chícharos, frijoles con huevo, pepinos al natural preparados por Toño y culey de fresa y de postre leche condensada con galletas.
Con gran apetito dimos cuenta de aquellos suculentos platillos y luego como la lluvia amenazaba, fuimos a lavar la loza, hicimos mochilas y el tradicional saludo al Banderín y con dolor abandonamos el lugar, pues todavía era temprano.
A paso lento bajamos Eduardo y yo acompañando a Lucha y la raza se adelantó un poco, se caminaba en medio de un fresco aire después de las lluvias y por fin llegamos a los carros, nos despedimos de Luis y Lucha, que se fueron con Toño, al igual que Luis chico y Carlos, y nosotros abordamos el auto de Lalo y volvimos s Monterrey, felices de esta buena excursión, que originalmente se planeó a San Pedro y San Pablo.
Jesús J. Montenegro R.
Capitán Provisional
ASISTENTES
Antonio Castillo Ortiz
Carlos Castillo Juárez
Luis Ossa González
María de la Luz Guerra de Ossa
Luis Ossa Guerra
Eduardo Verduzco Martinez
Jorge A. Verduzco Martinez
Jesús Lozano, Secc. Juvenil
Francisco Javier Esparza, Secc. Juvenil, Abanderado
Jesús Castro
Jesús J. Montenegro R. Guia.
Monterrey N.L. Septiembre de 1969
“UNIDOS Y ADELANTE
Club Explorador “CONDOR”
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