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El Cóndor ayer

Con sede en Monterrey, México, el nuestro es el Club independiente de excursionismo en activo más antiguo en el Noreste del País. Sean bienvenidos a conocer algo de nuestra larga historia. Por Eduardo Verduzco El Club Explorador Cóndor fue fundado el 10 de Mayo de 1940 a iniciativa de Rogelio Rodríguez. Él empezó a reunir el grupo, e hizo el primer reglamento de excursiones. La fundación tuvo lugar en la casa paterna de la familia Rodríguez, en la calle Yucatán, entre 5 de Febrero y 2 de Abril, en la Colonia Independencia. Se estableció una disciplina de corte paramilitar, y se instituyó el cargo de "Capitán", quien tiene la total autoridad y responsabilidad de la seguridad del grupo durante una excursión. Corrían los tiempos de la Segunda Guerra europea, que pronto se convertiría en mundial, y Rogelio tenía la noción de que en alguna forma el nuevo club tendría ocasión de prestar servicios útiles a la Patria. Las ideas que Rogelio, que conta...

La Eme


Exc. No. 23 - 1a Fuerza - 28 de noviembre de 1942

                                                                                                            (Acta No. 23)

Excursión a la M (Eme), Sierra de Anahuac
28 de noviembre de 1942

A la hora convenida nos reunimos en el domicilio del Club los C. Francisco Valadez, Salvador Valadez, Andrés Saavedra, B(enjamín) López, Agustín Rada, Roberto Alvarez, Jesús M(artínez), Jesús J (Montenegro) Rodríguez, un poco antes de salir se presentó el Cap. Amado Rodríguez aclarando que no podría asistir, puso el mando del grupo en manos del Sub Capitán y a solicitud de los presentes nombró al C. Roberto A(lvarez) abanderado provisional para que portara nuestra recién confeccionada banderola, siendo la 1a vez que se usa.

A las 22 salimos rumbo a la M acampando a las 2 de la mañana del Domingo después de fatigosa marcha por un camino poco transitado.

En este campo desayunamos y a las 9 seguimos rumbo a nuestra meta llegando a las 13:00 horas.

En este lugar la comisión nombrada al efecto confeccionó la comida, mientras eso sucedía el que esto escribe acompañado del C. Saavedra ascendimos a lo más alto en medio de la Eme.

A las 15 se inició el descenso por un cañón que supusimos ofrecía ventajas para bajar sin tener que rodear por donde habíamos llegado pero después nos desengañamos de nuestro error pues dicho cañón nos puso obstáculos casi insuperables y después de una caminata en descenso de 3:30 horas y que hará época entre las que hemos efectuado, llegamos al lugar donde se encuentra la planta de luz que surte a Chipinque donde nos detuvimos para saciar nuestra sed.

En eso nos ocupábamos cuando, siendo las 19:30 horas oímos una detonación, y casi al mismo tiempo oímos, ya que debido a la hora no se veía, la caída de un cuerpo, oyendo la voz del C. Fco. Valadez anunciando que se había herido con su misma carabina cal. 22 al resbalarse ésta y pretender él detenerla.

Todos nos precipitamos tratando de ayudar en algo, no pensando que la herida fuera tan grave como en realidad fue.

Habiendo teléfono en la Planta, fue llamada violentamente la Cruz roja, que en 20 minutos se presentó en el lugar, trasladando violentamente al C. Valadez al Hospital Civil acompañado de su hermano Salvador y del Sub Capitán.

Los demás C. permanecieron en el lugar de los hechos, bajando después hasta la puerta de entrada a Chipinque guiados por el portero, quien había llamado a la policía que ya los esperaba siendo conducidos a la inspección Central donde ya se encontraba el Sub Capitán y Salvador Valadez, que del H. Civil, después de entregar al herido, habían sido conducidos a dicha inspección para rendir declaración ya que la policía se negaba a admitir que el hecho había sido accidental.

Después de interrogar a varios de nuestros C., tomar nuestras generales, y previa consulta telefónica con el agente del M. Público, se nos dejó en libertad citándonos para las 10 horas del lunes en la oficina del citado agente.

En la banqueta de la Ave. Pino Suárez nos disolvimos retirándose a sus casas previa orden del Sub Cap. que acompañado del C. Salvador regresamos al hospital a enterarnos del verdadero estado del C. Valadez, que era contra lo que todos suponíamos verdaderamente grave.

Epílogo

En el Hospital nos hicieron saber que se necesitaba una transfusión de sangre y milagrosamente ambos teníamos el tipo adecuado para Pancho haciéndose la transfusión con sangre de ambos ya que Pancho se había desangrado casi completamente.

Después de trasladar a Pancho a una cama de la Sala de cirugía a las 1 1/2 de la mañana hubo que observarlo sin descanso porque los médicos habían anunciado que nuestro C. podría fallecer de un momento a otro pasando la noche en continua lucha para evitar que se moviera ya que ello le era fatal pasando la noche en continuo sobresalto hasta las 6 de la mañana siguiente que fui a avisar a su hermano Sabino.

Después de 3 días de esperanzas y desalientos a las 19 horas del día 2 de Dic., sin haber quedado esfuerzo alguno por realizar, falleció nuestro C. necesitándose ímprobos esfuerzos y viajes  en busca del agente del M. Público para que nos fuera entregado el cadáver de Pancho a las 2 siendo velado en la casa de su hermano Sabino. Sus funerales verificados el día 3 a las 4 de la tarde fueron muestra de la popularidad de Pancho y las simpatías de nuestro Club ya que fue una verdadera multitud la que se reunió para acompañarlo al Panteón del Carmen donde la oración fúnebre estuvo a cargo del C. A. Rodríguez presidiendo el duelo sus hermanos Sabino y Salvador.

El Sub-Capitán
J. José (Montenegro) Rodríguez

Transcripción de la reseña original manuscrita, hecha por Eduardo Verduzco el 8 de agosto de 2010

En los Inicios

En el año 1940 en que se fundó el Club Explorador Cóndor, Monterrey tenía 206,152 habitantes. Algunos Socios del Cóndor eran aficionados a la cacería y llevaban sus rifles a las excursiones, como se puede apreciar en algunas fotos antiguas, ya que las leyes no lo prohibían. Francisco Valadez era uno de tales Socios.

En el curso de la excursión a la M que aquí se reseña, el rifle de Francisco se disparó accidentalmente hiriendo a su dueño, quien falleció cuatro días después. Este lamentable suceso motivó que se prohibiera desde entonces y hasta nuestros días, el portar armas de fuego durante las excursiones del Cóndor.

Esa y otras restricciones señaladas en nuestros Estatutos tienen la intención de promover la seguridad para todos los participantes en nuestras excursiones. La seguridad en todos sus aspectos es uno de nuestros Valores Fundamentales.

Éste es el único caso en 70 años de vida del Cóndor, de que una persona haya fallecido a consecuencia de una excursión. Esperamos que no haya ninguna más.

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