Con sede en Monterrey, México, el nuestro es el Club independiente de excursionismo en activo más antiguo en el Noreste del País. Sean bienvenidos a conocer algo de nuestra larga historia. Por Eduardo Verduzco El Club Explorador Cóndor fue fundado el 10 de Mayo de 1940 a iniciativa de Rogelio Rodríguez. Él empezó a reunir el grupo, e hizo el primer reglamento de excursiones. La fundación tuvo lugar en la casa paterna de la familia Rodríguez, en la calle Yucatán, entre 5 de Febrero y 2 de Abril, en la Colonia Independencia. Se estableció una disciplina de corte paramilitar, y se instituyó el cargo de "Capitán", quien tiene la total autoridad y responsabilidad de la seguridad del grupo durante una excursión. Corrían los tiempos de la Segunda Guerra europea, que pronto se convertiría en mundial, y Rogelio tenía la noción de que en alguna forma el nuevo club tendría ocasión de prestar servicios útiles a la Patria. Las ideas que Rogelio, que conta...
Exc. 2003/05 - 2a Fuerza - 19 de enero de 2003
Nos reunimos a las 7:00 AM en Fleteros y Gonzalitos. De aquí nos dirigimos en tres vehículos rumbo a Villa de García. Nuestro grupo consta de 10 personas.
El día ha amanecido despejado, pero frío. Al entrar a la brecha, vemos que el rocío está congelado sobre las hojas de los pastos. Al llegar a la majada y saludar al encargado, nos informa que “anoche el agua se cuajó, y antenoche también”.
La formación geológica que llamamos “la rebanada de sandía”, visible desde el lugar donde estacionamos los carros, aparece mojada por un delgado hilo de agua, notorio contraste al que encontramos en enero de 2000, en que la sequía era tan severa que hasta las cabras habían emigrado de aquí.
Iniciamos la caminata a las 8:40, guiados por nuestro Capitán Julio Hernández, y a las 9:50 hacemos el primer descanso. El sol y la ausencia de viento nos proporcionan una temperatura muy agradable para caminar. Todo el arroyito trae agua, aún desde más arriba del Manantial de los Sauces, y desde la vereda se ven algunos charcos grandes.
A las 10:30 llegamos al Puerto Picoso, que bautizamos así en nuestra excursión de enero de 2000 porque encontramos gran cantidad de plantas secas con unos picos que se pegaban a nuestros calcetines, causándonos fuerte incomodidad al caminar. Afortunadamente esa fue la única ocasión en que encontramos dichas plantas, debido tal vez a la sequía que imperaba entonces.
Ahora encontramos en este puerto muchas golondrinas que evolucionan alrededor nuestro, como reclamándonos nuestra presencia en sus dominios. No deja de extrañarnos la presencia de estas aves durante el invierno, pero siempre se aprende algo nuevo.
Sin novedad continuamos subiendo hacia el Puerto de la Mota Chica, en donde nos detenemos brevemente para tomar unas fotos del grupo, teniendo como fondo la imponente figura del Cerro del Sapo, emblema de Villa de García. Después continuamos ascendiendo a la ya próxima cima de la Mota Chica, a donde llegamos a las 11:20 hrs.
El clima es espléndido: fresco, sin viento, y con un sol muy agradable. Nos sentamos a la sombra de los pinos mientras sacamos de las mochilas nuestros alimentos, que disfrutamos ampliamente entre comentarios acerca de los lugares visibles desde este punto, como la Estación Soledad, por donde pasamos rumbo a Sabanillas, la Mota Grande, que visitaremos a mediados de febrero, la Mota del Oso, que esperamos visitar también durante febrero, La Mesa de los Pinos, donde estuvimos la semana pasada, El Jonuco, que no habíamos contemplado antes desde este lugar, y que es muy visible gracias al reflejo del sol en los techos de algunas de las casas de ese lugar, y hasta el Puerto del Cuervo.
Terminada la comida, Rafael se tiende a dormir bajo el sol, Diego y Rolando toman fotos del paisaje, y los demás nos dedicamos a la charla de sobremesa. A las 13:00 nos dirigimos hacia la cruz para tomar más fotos de grupo y efectuar el saludo reglamentario a nuestro banderín. Luego iniciamos el descenso, en el cual tenemos como Guía a Andrés.
La única novedad durante el descenso es que Rafael pisa una delgada ramita seca de “granjeno”, que tiene espinas todo alrededor de su tallo, y una de éstas le perfora la suela de la bota y le llega hasta el pie, sin mayores consecuencias, gracias a Dios. Continuamos aprendiendo: nunca debemos pisar una rama de esta planta.
A las 14:55 hrs. Llegamos de regreso a los coches, y terminamos así una muy hermosa excursión.
Redactó: Eduardo Verduzco
UNIDOS Y ADELANTE
Asistentes:
Alanis Rodríguez, Margarita
Boruca Hernández, Juan Pablo (i)
Elizondo Rodríguez, Jaime (a)
Hernández García, Julio César – Capitán y Guía.
Rodríguez Flores, Rolando
Rodríguez Padilla, R. Andrés – Guía
Rodríguez Padilla, Diego (a)
Rodríguez Rodríguez César
Verduzco Martínez, Eduardo – Retaguardia
Zarauz Yañez, Rafael (i)
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