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El Cóndor ayer

Con sede en Monterrey, México, el nuestro es el Club independiente de excursionismo en activo más antiguo en el Noreste del País. Sean bienvenidos a conocer algo de nuestra larga historia. Por Eduardo Verduzco El Club Explorador Cóndor fue fundado el 10 de Mayo de 1940 a iniciativa de Rogelio Rodríguez. Él empezó a reunir el grupo, e hizo el primer reglamento de excursiones. La fundación tuvo lugar en la casa paterna de la familia Rodríguez, en la calle Yucatán, entre 5 de Febrero y 2 de Abril, en la Colonia Independencia. Se estableció una disciplina de corte paramilitar, y se instituyó el cargo de "Capitán", quien tiene la total autoridad y responsabilidad de la seguridad del grupo durante una excursión. Corrían los tiempos de la Segunda Guerra europea, que pronto se convertiría en mundial, y Rogelio tenía la noción de que en alguna forma el nuevo club tendría ocasión de prestar servicios útiles a la Patria. Las ideas que Rogelio, que conta...

Pico del OVNI


Exc. 2011/03 - 1a Fuerza - 16 de enero de 2011

La Marta, Sierra de Arteaga, Coahuila 3710 msnm

Esta salida a la Marta la había esperado desde hacía mucho tiempo, tanto por lo que implicaba como la cumbre más alta de Coahuila, como por los relatos de sus paisajes invernales.

La cita en el punto de reunión era bastante temprano, a las 4:45 AM, la noche previa fue de preparación de cenas, lonches, mochilas, y demás implementos, entre esos preparativos dieron las 12 de la noche, Luisillo desde las 10 ya estaba roncando y entré a la cama con ciertas dudas de levantarme.

El despertador sonó puntualmente a las 4 AM, para mi fue como si entre el quedarme dormido y el sonido de la alarma del despertador solo pasaron breves instantes, y por breves momentos el sopor se apoderó de mí, pero reaccioné a tiempo y salí de la cama, luchando contra el abrazo calido de los cobertores y tratando de no pensar en el fresco reinante y la tibieza de la cama.

Después de levantar a Luisillo y que se vistiera desayunamos y tomamos un taxi rumbo al punto de reunión, donde nos encontramos con los compañeros en espera de partir.

Nos repartimos en varios autos, nos tocó irnos con los compañeros Jesús Velazquez, Noralba y Alex Almaguer, durante el trayecto nos fuimos platicando de diversos temas...excepto por Nora y Luisillo quienes fueron casi todo el trayecto en brazos de Morfeo.

Cuando aun íbamos por las carretera y antes de llegar a las cabañas nos preguntamos si nos tocaría la suerte de encontrar nieve, desde donde íbamos no podíamos precisarlo, pero al llegar a las primeras cabañas pudimos ver con alegría que una ligera capa de nieve cubría los pastos y techos de las cabañas, llegamos a las cabañas del Renacer de la Sierra donde se dejan los vehículos, revisando el termómetro vi que marcaba -2 grados, después de prepararnos todos los del grupo que era bastante numeroso, contando 21 almas que buscaban la comunión con la naturaleza.

Busqué sin éxito a Bethoven, el San Bernardo bonachón que vivía en las cabañas y me tocó conocer hace 2 años en la ida a las cabañas a festejar a los compañeros cumpleañeros, pero resultó que el San Bernardo fue victima de la inseguridad y fue secuestrado en una camioneta... lástima, solo espero que lo hayan llevado a algún lugar al aire libre como un rancho y no a una casa en la ciudad ya que después de vivir con semejante libertad moriría de tristeza a estar encerrado en un patio, en su lugar estaban 2 cachorros gemelos negros bastante juguetones y uno de ellos nos acompañó parte del trayecto.

Comenzamos el ascenso por la vereda angosta y al llegar a la vereda ancha esperamos un momento a los demás para reagruparnos y Luisillo comenzó a divertirse con la nieve, lanzando bolas de nieve al que se dejara, principalmente a nuestro guía Pepe.

Después seguimos el ascenso, llegando a la Cabaña del Cóndor, lugar donde descansamos unos momentos y algunos aprovechamos para hacer guerras de bolas de nieve, Coco se divertía como enano y a cada descuido de Coquito lo atiborraba de nieve, mientras yo hacia lo propio con Luisillo, fue algo bastante divertido y eso que no había tanta nieve, pero no todos los días se tiene la oportunidad de disfrutar de una experiencia así.

Después seguimos la marcha, el termómetro marcaba 0 grados, más adelante encontré huellas de conejo en la nieve, mismas que fotografié, después de un breve descanso donde le di de tomar agua a nuestro canino acompañante continuamos y llegamos al punto donde se podían apreciar las huellas del voraz incendio que arrasó la zona hace 35 años, pero lo que hace renacer la esperanza son los pinos jóvenes que poco a poco comienzan a repoblar la flora de nueva cuenta enalteciendo el ciclo de la vida, un poco más adelante llegamos al punto donde la confortable brecha sigue, y la ruta a la cima se desvía y donde teníamos que ascender los últimos 300 metros en vertical, ya que el altímetro marcaba 3400 metros de altura y el termómetro seguía en cero grados.

Fue una empresa bastante difícil, la distancia es engañosa, yo pensé que en una hora y media a más tardar ya estaríamos de regreso, así que la mayoría dejó las mochilas al lado de un arbusto y nos pusimos manos a la obra.

Era un ascenso muy complicado, ya que no había vereda, tenia bastante inclinación continua y el piso estaba lleno de nieve, dificultando enormemente el ascenso, un poco arriba de la mitad el termómetro marcaba -2 grados, Luisillo batalló un poco con la subida, pero no se dio por vencido, y gracias también al compañero Saúl quien iba animándolo.

Después de un gran esfuerzo pudimos coronar la cima el primer grupo, la temperatura era de -5 grados, pero soplaba un viento gélido fuerte y constante lo que hacía que la sensación térmica fuera de -10 grados o menos, la vista era increíble, solo unas nubes en el firmamento y se podía ver el efecto que ocurre en las grandes alturas de apreciar el celeste del cielo en la parte inferior y el azul más oscuro en la parte superior, sólo esa vista hacía que valiera la pena cualquier esfuerzo, el altímetro marcaba 3710 metros de altura.

Luisillo al llegar sufría de un fuerte dolor de cabeza y bastante cansancio, síntomas normales por la altura, le dije que era normal lo que sentía y que esperara unos momentos para aclimatarse, después de comer un lonche y un dulce ya se sintió bastante mejor, ahí aproveche para darle su bautizo con nieve, grata tradición entre los compañeros montañistas para celebrar al novato que por primera vez asciende una montaña de mas de 3000 metros, después de un breve discurso en el cual le hice saber lo orgulloso que estaba de él por escoger este estilo de vida, disfrutarlo y cumplir retos que muy pocos niños de su edad realizan y enfatizarle que el ascenso es duro, pero la satisfacción interna y apreciar maravillosos paisajes que muchos sólo los ven por televisión hacía que valiera la pena el esfuerzo realizado, después de eso procedí a bautizarlo con nieve como caballero de la montaña, como a mí me bautizaron hace ya 20 años, en el Popocatépetl.

Luego pasó algo curioso, fuimos testigos del avistamiento de un OVNI, estábamos tomando fotos, y en esos momentos alguien comentó que había aparecido un OVNI en el cielo, señalando hacia cierto punto del firmamento, era un extraño objeto de forma romboide de color plateado metálico, en lo que estábamos opinando si era un avión o un globo vimos que seguía un patrón extraño....avanzaba a cierta velocidad y después la reducía, siempre en línea perfectamente recta, después se detuvo estático a la misma altura y comenzó a descender lentamente en línea recta, perdiéndose de vista detrás de un cerro cercano, llegamos a la conclusión que globo no era, pues con el fuerte viento imperante no habría podido detenerse por completo y mucho menos descender en línea recta, tampoco helicóptero, es la primera vez que veía un suceso de ese tipo tan claro, ya había visto en diferentes ocasiones luces extrañas, pero nunca algo así, desgraciadamente las fotos que tomé con mi cámara no salieron del todo bien y sólo en un acercamiento se puede ver un punto plateado, curiosa historia para contar y entrar en la polémica de si en verdad estamos solos en el universo... yo particularmente creo que no, solo por probabilidades tienen que haber más formas de vida en el universo, y para los detractores que dicen que si de verdad existen por qué no se han manifestado abiertamente... pues sólo basta con ver los noticieros para darse cuenta cómo se las gasta la raza humana, creo que nosotros haríamos lo mismo.

Después del extraño incidente estuvimos esperando a los demás compañeros, pero la espera era bastante difícil ya que al no movernos hacía que el frío se sintiera más fuerte, me dio mucho gusto ver llegar al Sr. Verduzo a la cima, es una inspiración verlo que a pesar de todas las adversidades pudiera cumplir el objetivo, sé que todavía le quedan muchas excursiones y cimas por delante y es un honor para todos nosotros compartir veredas y cimas con el.

Cuando llegó un tercer grupo nos tomamos fotos de grupo, Pepe decidió no hacer ceremonia de saludo al Banderín por el intenso frío que imperaba y porque faltaban varios compañeros por llegar comentando que debíamos de bajar rápido antes que comenzaran a aparecer los primeros síntomas de hipotermia, así que empezamos a descender, algunos compañeros que aún no llegaban tuvieron que dar media vuelta.

El descenso fue como lo pensé, bastante pesado y difícil, ya que la nieve, la inclinación y la falta de vereda hacía muy complicado el descender, después de varios sustos y resbalones donde sólo salió herido el orgullo pudimos llegar de nueva cuenta a donde habíamos dejado las mochilas, ahí comimos vorazmente los alimentos, Pepe quiso prender una fogata para mitigar el frío, pero ni con la estufa de gas pudo encender la madera que ahí se encontraba, ya que estaba demasiado húmeda, luego el sol se ocultó atrás de la montaña y comenzó a calar más fuerte el frío, así que Pepe decidió que comenzáramos a bajar los que ya estábamos listos para no enfriarnos más al estar inactivos.

El descenso por la vereda fue bastante tranquilo, y sólo nos pasó el incidente que de repente ví las cabañas muy a la izquierda y Chuy comentó que en una mancha de nieve cercana no se veía ninguna huella, sólo las huellas del perro que de subida nos había acompañado, caminamos unos momentos más y mejor nos regresamos, encontrando la pequeña mona que marcaba la vereda después de un corto trayecto, a la cual por venir absortos en la plática no prestamos atención y pasamos de largo.

Quizás era una vereda alterna ya que llegamos a un claro pero no estaba la Cabaña del Cóndor, seguimos los listones y llegamos a las cabañas, donde descansamos y esperamos al resto de los compañeros que poco a poco fueron llegando.

Después de felicitarnos y despedirnos emprendimos el largo camino a casa, llegando a la ciudad ya de noche, cansados de cuerpo pero relajados de espíritu por tan maravillosos paisajes y experiencias.

Gracias a tan apreciados compañeros por su compañía, es grato convivir con personas tan queridas y que comparten el gusto por la naturaleza y los retos... nos estaremos viendo en la próxima vereda.

Redactó: Luis Angel Pastrana

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 LA MARTA

Amanecí muy bien el lunes, pero el domingo en la noche me dolían hasta los huesos.

Estoy exagerando: fuera de mis rodillas, fue una experiencia que me levantó el espíritu, y me dio ese sentido de realización que tanto me hacía falta.

Lo más rescatable fue la convivencia con los miembros del equipo Cóndor y sus invitados, que me hicieron sentir bienvenido. La interacción sana entre varias generaciones promoviendo la convivencia familiar y social, junto con la actividad física se me hizo de lo mejor.

Me divertí mucho y aprendí más de las pláticas con todos con los que tuve el placer de conversar, el día nos trató muy bien, no importando que la temperatura bajó a -8°C, no lo sentí sino hasta el final del recorrido, la falta de nubes logró que el sol nos mantuviera a temperatura cómoda casi todo el camino, lástima que no sentí la quemada que me estaba dando en la nuca, llegue bronceado, jajaja

Muy buen viaje, sin moretones, sin raspones, ni ampollas, solo un leve dolor de espalda baja es lo que me queda. Ah… y la frustración de no haber salido en la foto de grupo… yo y las fotos nomás no.  Jajaja hay para la otra.

Lo que aprendí es que para la otra, llevar más comida, no subestimar al frío, que aunque nunca presenté síntomas de hipotermia sí debí de haber subido con la chamarra, lo único que puedo decir es que estas camisas térmicas de Under Armor sí jalan: si estábamos a -8 era para que hubiese llegado estreñido de apretar tanto el cuerpo por el frío… y no fue así, jajaja.

Fue una experiencia de lujo y espero poder acompañarlos en muchas más, lástima que el próximo fin voy a estar fuera, pero para el que sigue estoy bien puesto.

Redactó: Manuel Baker Ortega


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El OVNI

Estábamos en la cumbre de la Marta y creo que fue José Manuel que estaba detrás de mí y dijo: ¡un OVNI!... me dí vuelta pensando en ver un avión, justamente estaba frente a nosotros. No tengo idea del tamaño ni a qué distancia estaba de nosotros pero se apreciaban sus movimientos giratorios, los cambios de luz que tenia, de pronto brillaba y de pronto se veía metálico.

Según yo, voló rumbo a Monterrey y se detuvo a la altura del Paso del Caballero y Puerto San Blas...y se mantuvo estático por un momento, bajo más y se quedaba quieto, eso lo hizo una vez mas, hasta que bajó, aprecié cómo aterrizó y desapareció, durante todo el trayecto no dejó de brillar.

Todos lo que estábamos en la cumbre lo vimos... realmente si fué un avistamiento de OVNI, todos lo que lo vimos pensamos eso.

Redactó: Saúl Ruiz Cruz

 UNIDOS Y ADELANTE

 Asistentes:

 Almaguer Ortega, Alejandro A.
Baker Ortega, Manuel (i)
Castro Accastello, Gustavo Adolfo (i)
Castro, Mónica Gutiérrez de (i)
Cerda Amaya, Noralba 
García Cavazos, Felipe Raymundo 
Morales Núñez, Juan Carlos
Morales N., Paty de la Vega Resendiz de
Morales de la Vega, Luis David
Morales de la Vega, Miguel Alejandro
Oviedo Flores, Azeneth
Pastrana de la Garza, Luis Angel
Pastrana López, Luis Angel Jr. 
Pérez Alcocer, José Manuel (i)
Pérez Luján, José - GUÍA
Reynoso Sámano, Herminio (i)
Reynoso Ordóñez, Herminio Jr. (i)
Ruiz Cruz, Saúl Domingo (i)
Sálcido Rodríguez, Leonel (i)
Trinidad Rodríguez, Wendy Yseelf 
Torres Gutiérrez, Carlos (i)
Velázquez Muñiz, Jesús (i)
Verduzco Martínez, Eduardo



LA MARTA

La Marta es una sierra que forma parte de la cordillera conocida como Sierra Madre Oriental, localizada parte en el municipio de Arteaga, Coahuila, y parte en el municipio de Rayones, Nuevo León. La línea divisora de ambos estados pasa por el Puerto de la Moneda (antiguamente llamado Puerto de la Mojonera), ya que una mojonera en ese sitio marca dicho lindero. De la mojonera hacia el oriente es Nuevo León, y hacia el poniente es Coahuila.

Un dato interesante es que la porción de La Marta perteneciente a Coahuila antiguamente formaba parte de Nuevo León, pero fue objeto de una permuta en la que Nuevo León cedió esa región a cambio de la Congregación Colombia, para tener una frontera con Texas. Esto ocurrió siendo Gobernador de Nuevo León el Gral. Bernardo Reyes, según nos informa nuestro apreciable Consocio José Sánchez de la Peña, quien está muy bien informado porque su familia materna tiene antiguas raíces en esta región, anteriores a la fundación de Monterrey y de Saltillo.

La Marta junto con El Potosí y Peña Nevada son las 3 cumbres de mayor altura en Nuevo León, aproximadamente 3,700 msnm.

Explica José Sánchez que el nombre de la sierra es La Marta, sin "h". Aunque ocasionalmente hay quienes la escriben con "h", pero están equivocados. Se le nombró por un mamífero carnívoro que cree se extinguió en esta región en algún momento de la década de los años 50 del siglo pasado. “Como biólogo, dudo mucho que haya sido una verdadera marta. Quizá un hurón de montaña o una comadreja de montaña” continúa José.

El Club Cóndor empezó a excursionar en esta región en los años 60. Extraoficialmente se le conocía como “La Siberia” cuando aún no ocurría el primer incendio, de proporciones verdaderamente catastróficas por los miles de hectáreas de hermosos bosques que fueron consumidos en 1975 y aún hoy, 35 años después, hay grandes extensiones de la sierra completamente devastadas. Se cuenta que el incendio fue causado por un joven que llegó a asar carne en compañía de su novia en un día muy seco y de fuerte viento. Los intentos de sofocar el incendio fueron inútiles.

Solíamos subir a La Marta desde el Puerto de la Moneda, hasta un pico que nombramos "Pico Carneros". Es importante utilizar un nombre para referirse a un pico determinado, pero aparentemente el único pico de La Marta que tiene nombre oficial por ser el de mayor altura, es “El Morro”, situado en su extremo oriente. A partir del Pico Carneros nos dio por recorrer la cresta de la Marta hacia el oriente, para explorar los demás picos, buscando el que fuera más alto. El Pico Carneros era boscoso, pero los picos siguientes no, y había en ellos troncos secos de un pino en forma de arbusto de escasa altura calificado como “culminícola” por los biólogos; este pino extiende mucho sus ramas hacia los lados, entrelazándose las ramas de los arbustos contiguos con lo cual dificultan el paso. Solíamos encontrarlo también en la cumbre del Potosí cuando lo ascendíamos desde el Pie de la Cuesta y avanzábamos hacia las antenas.

Tras recorrer varios picos en la cresta de La Marta partiendo del Pico Carneros, llegamos finalmente a un pico que llamamos “Pico Esqueletos” en alusión a los troncos secos de pinos culminícolas que había en la cumbre. Allí hicimos una mojonera con piedras y dejamos en ella un frasco de vidrio con un comprobante de cumbres. Pasado el incendio de 1975, Doña Elva de la Peña de Sánchez, gentil benefactora del Club Cóndor, nos dio permiso de construir la Cabaña del Cóndor, en lo cual tardamos un par de años ya que sólo trabajábamos en ella los fines de semana, y aprovechamos para explorar la Marta. Subíamos a la cumbre desde la Cabaña con rumbo ligeramente hacia el poniente por la sierra desnuda de bosque y llegamos a un pico donde encontramos muchos caracoles sin el molusco, y lo llamamos “Pico Caracoles”. En uno de los ascensos a dicho pico nos dedicamos a explorar los alrededores y encontramos una mojonera de piedras, que resultó ser la misma que nosotros habíamos construido en el Pico Esqueletos, es decir, llegamos a ese pico por dos rutas diferentes con más de 10 años de diferencia.

En esta ocasión nuestro Compañero José Luján nos guía por la brecha que pasa ligeramente arriba de la Cabaña del Cóndor hacia el poniente, hasta un lugar aproximadamente a la mitad de la distancia entre el Renacer de la Sierra y el Puerto de la Moneda, y desde allí subimos hacia la cumbre por una ladera muy pendiente y erosionada por falta de bosque. Como todo pico necesita un nombre para referencia, hemos llamado a éste el “Pico del OVNI”, en alusión a un objeto volador no identificado observado por quienes llegaron primero a la cumbre en esta ocasión.

Finalmente, recuerdo que nuestro estimadísimo Compañero Chuy Montenegro solía reflexionar que “todas las excursiones son diferentes, aunque sean al mismo lugar”. En esta excursión hubo:
- un pico nuevo (aunque no para el Guía) en nuestro repertorio,
- un nombre nuevo para ese pico,
- una nevada de la noche anterior (la primera nevada de 2011) que no esperábamos, engalanó la Marta, propició bonitas fotos, y algunos juveniles aprovecharon para divertirse haciendo travesuras.
- una temperatura al caer la tarde de -8°C que no anticipamos y para nuestra sorpresa la toleramos muy bien,
- un OVNI tan sorprendente como inesperado
- y tal vez lo más importante: nuevos compañeros con quienes compartir la montaña.

¡6 novedades en un solo día! ¿Quién podría desear más?

 Eduardo Verduzco

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Acababa yo de cumplir los 18 años cuando ingresé al Club Explorador Cóndor como Socio Aspirante. Aunque yo excursionaba antes de entrar al Cóndor, conocía muy pocos lugares para excursionar, y mi ingreso al Club fue como entrar a una biblioteca y encontrar multitud de libros a cual más interesante. Mi segunda excursión con el Cóndor fue durante el mes de noviembre de 1960, a las Grutas de Bustamante. Partimos en tren como a las 6 de la tarde de Monterrey, y llegamos a la estación de Bustamante a eso de las 8 de la noche. Desde allí caminamos hasta el pueblo, donde hicimos un descanso en la plaza y luego continuamos rumbo a las grutas. Mientras ascendíamos la sierra, de pronto el cielo adquirió un color rojo cereza. La raza preguntaba "¿qué es eso?" y alguien sugirió que era "la fundición" (cuando la Fundidora Monterrey estaba en operación, al vaciar la escoria candente durante las noches nubladas, las nubes se teñían de rojo), pero en este caso eso ...